jueves, 20 de enero de 2022

CIRCULACION GENERAL O MAYOR Y PULMONAR O MENOR.

Con cada latido el corazón bombea sangre en dos circuitos cerrados, las circulaciones generales y pulmonar. La mitad izquierda del corazón (hemicardio izquierdo) es la bomba de la circulación general y recibe sangre oxigenada de los pulmones. El ventrículo izquierdo bombea dicha sangre en la aorta. Desde esta, la sangre fluye de manera divergente por arterias de calibre cada vez menor, que la llevan a todas las estructuras del cuerpo, salvo los alveolos que la reciben de la circulación pulmonar. En los tejidos, las arterias emiten arteriolas, vasos de pequeño calibre que a su vez se dividen en lechos extensos de capilares. El intercambio de nutrientes y gases tienen lugar a través de la pared delgada de los capilares: la sangre entrega oxigeno y recibe dióxido de carbono. En la mayoría de los sitios, la sangre fluye por un solo capilar antes de pasar a una vénula, que también es parte de la circulación general. En esta, fluye sangre desoxigenada proveniente de los tejidos, hasta llegar a venas de calibre cada vez mayor y, en última instancia, a la aurícula derecha. El hemicardio derecho es la bomba de la circulación pulmonar. Recibe toda la sangre desoxigenada proveniente de la circulación general y la transfiere al ventrículo derecho, del cual fluye al tronco de la arteria pulmonar, que se ramifica en arterias pulmonares derecha e izquierda, por las que circula la sangre a los pulmones ipsolaterales. En los capilares pulmonares la sangre se deshace del dióxido de carbono, que se exhala y recibe oxigeno. Luego, la sangre así oxigenada fluye por la venas pulmonares hacia la aurícula izquierda.
CIRCULACION CORONARIA Es imposible que los nutrientes se difundan desde las cavidades cardiacas por todas las capas de células que componen el corazón. Por ello, la pared cardiaca tiene sus propios vasos sanguíneos. El flujo de sangre por los numerosos vasos que penetran en el miocardio se denomina circulación coronaria o cardiaca. Las arterias del corazón lo envuelven como una corona ceñida en la cabeza. Al contraerse, el corazón recibe poca sangre oxigenada por las arterias coronarias, que se ramifican de la aorta ascendente. Sin embargo, cuando la víscera se relaja, la presión arterial alta en la aorta impulsa la sangre por las arterias coronarias, luego a los capilares y, por último, a las venas coronarias.

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