La función básica de la nefrona es limpiar o “aclarar” el plasma sanguíneo de sustancias de desecho a medida que pasa por los riñones. Dentro de estas sustancias que deben ser eliminadas se encuentran particularmente determinados productos terminales del metabolismo, como urea, creatinina, ácido úrico y uratos. Además, otras sustancias como los iones sodio, potasio, cloruro e hidrógeno tienden a acumularse en el organismo en cantidades excesivas; es también función de la nefrona evitar la acumulación de estos iones.
Los principales mecanismos mediante los cuales la nefrona depura el plasma de sustancias de desecho son los siguientes: 1) Filtra una gran proporción de plasma a partir de la sangre que fluye por los glomérulos, habitualmente la quinta parte de la misma, determinando el paso de un ultrafiltrado hacia el sistema tubular. 2) A continuación, a medida que el filtrado fluye a través de los túbulos, las sustancias de desecho permanecen en la luz tubular mientras que el resto, especialmente el agua y muchos electrólitos, son reabsorbidos de nuevo hacia el plasma a nivel de los capilares peritubulares. En otras palabras, los componentes del líquido tubular que no deben ser eliminados pasan de nuevo a la sangre mientras que los productos de desecho se eliminarán en la orina.
3) Un segundo mecanismo mediante el cual la nefrona depura el plasma de otros productos de desecho es la secreción tubular. Este mecanismo consiste en que determinadas sustancias son secretadas desde el plasma hacia el espacio tubular, directamente a través de las células epiteliales tubulares. Así pues, la orina formada está compuesta principalmente por sustancias filtradas, pero también por pequeñas cantidades secretadas.
Habitualmente, más del 99% del agua contenida en el filtrado glomerular se reabsorbe a nivel tubular. Así pues, si algunos de los solutos contenidos en el filtrado glomerular no se reabsorben en absoluto en el trayecto tubular, la reabsorción de agua hace que se concentren de forma muy importante, aumentando su concentración unas 99 veces. Por otra parte, algunos componentes del filtrado, como la glucosa y los aminoácidos, se reabsorben casi por completo, de forma que su concentración disminuye hasta ser prácticamente igual a 0 en la orina. De esta forma, los túbulos separan las sustancias que deben ser conservadas por el organismo de las que deben ser eliminadas en la orina, y hacen esto sin perder una cantidad excesiva de agua.
El flujo sanguíneo a través de ambos riñones en un varón de 70 Kg, es en promedio de 1200 ml/min.
Los principales mecanismos mediante los cuales la nefrona depura el plasma de sustancias de desecho son los siguientes: 1) Filtra una gran proporción de plasma a partir de la sangre que fluye por los glomérulos, habitualmente la quinta parte de la misma, determinando el paso de un ultrafiltrado hacia el sistema tubular. 2) A continuación, a medida que el filtrado fluye a través de los túbulos, las sustancias de desecho permanecen en la luz tubular mientras que el resto, especialmente el agua y muchos electrólitos, son reabsorbidos de nuevo hacia el plasma a nivel de los capilares peritubulares. En otras palabras, los componentes del líquido tubular que no deben ser eliminados pasan de nuevo a la sangre mientras que los productos de desecho se eliminarán en la orina.
3) Un segundo mecanismo mediante el cual la nefrona depura el plasma de otros productos de desecho es la secreción tubular. Este mecanismo consiste en que determinadas sustancias son secretadas desde el plasma hacia el espacio tubular, directamente a través de las células epiteliales tubulares. Así pues, la orina formada está compuesta principalmente por sustancias filtradas, pero también por pequeñas cantidades secretadas.
Habitualmente, más del 99% del agua contenida en el filtrado glomerular se reabsorbe a nivel tubular. Así pues, si algunos de los solutos contenidos en el filtrado glomerular no se reabsorben en absoluto en el trayecto tubular, la reabsorción de agua hace que se concentren de forma muy importante, aumentando su concentración unas 99 veces. Por otra parte, algunos componentes del filtrado, como la glucosa y los aminoácidos, se reabsorben casi por completo, de forma que su concentración disminuye hasta ser prácticamente igual a 0 en la orina. De esta forma, los túbulos separan las sustancias que deben ser conservadas por el organismo de las que deben ser eliminadas en la orina, y hacen esto sin perder una cantidad excesiva de agua.
El flujo sanguíneo a través de ambos riñones en un varón de 70 Kg, es en promedio de 1200 ml/min.